Desconocido

Querido desconocido.
¿Cuántas veces habré pensado en ti? Demasiadas horas muertas he gastado al intentar forjar un encuentro inexistente, que si bien se ha dado, por tu parte ni el mayor interés has mostrado. Yo creo que aún no sabes quién soy, pues para ti no soy más que otro alma que deambula por el universo. Quizás nunca llegues a saberlo.
Fue una noche fría y llena de cambios,  porque yo no sabía que estabas entrando en mi vida y tú desconocías que te estaba observando. Te propusiste ser mi médico por un instante y despejar todos mis turbios pensamientos con esa infalible medicina a la que muchos asentimos a servir como conejillo de indias. No quise que esos ojos ocultos se hospedasen en mi subconsciente,  aunque luego se me antojase la idea de conocerte poco a poco, intentando completar ese hueco con otros medicamentos genéricos, otras voces, otros elementos que obviamente competían contigo,  y a los cuales terminabas venciendo. ¿Qué puedo decir al respecto?  El hecho de que siempre ganes ya no significa nada para ti, si eso, un mero trofeo  que colocas en ese armario de puertas siempre cerradas.
Si te hablo, callas; si me ausento, criticas la poca valentía del hombre a la hora de mostrar sus sentimientos. Como no acierto en nada de lo que hago, me ahogo y marchito cual flor en un jardín abandonado, dejando de existir rosas que llenen el silencio o susurros que perfumen mi tristeza. Solo tú y tu don sois capaces de mover el átomo más inhóspito de este rincón de soledad en el que vivo desde hace tiempo. Si tuviera una historia que contar, tal vez esta breve carta sería más larga. No hay nada más, pues el resto se quedó esperando en ese cuarto en donde habita el olvido.

Si bien la extensión de cualquier carta depende del mensaje que queramos transmitir - añadiendo o restando información relacionada con el tema central - como es lógico, cuanto más amplio buscamos que sea nuestro público lector, los datos proporcionados deben resultar más ambiguos, y al contrario si nuestra intención es reducir ese campo. Además, no sólo son los datos, sino también el lenguaje que empleamos, en concreto, saber aflorar su sentido poético. Nunca olvides que cualquier palabra guarda múltiples significados intrínsecos dependiendo del ojo que lo perciba y de las imágenes mentales que se experimenten en torno a ella. Por cierto, ¿hace cuánto tiempo que no le escribes una carta a alguien?

Comentarios

Entradas populares